“El amor no desconfía, no se venga, no hiere; el amor siempre cree y perdona y vive y hace vivir.”

RAFAEL BARRETT

¿Recuerdas la película “Love Story”? Y esa frase mítica… “Amar significa no tener que decir nunca, lo siento”.

Esa frase lleva en nuestra vida desde entonces, pero decir “lo siento”, no significa no amar, sino todo lo contrario.

Seamos sinceros. Incluso las parejas sanas y felices discuten, y a veces pelean sucio. A pesar del arduo trabajo que dedicas a tu relación, a pesar de las horas que pasas en el desarrollo personal y la gestión de tu estado emocional, y ciertamente a pesar de tus mejores y más amorosas intenciones, no siempre manejarás bien los conflictos en las relaciones.

Todos cometemos errores a veces. Algunos de estos errores son tontos y no intencionados. Pero en ocasiones lanzamos ataques dirigidos a la vulnerabilidad de nuestra pareja. Provocamos daño a la persona y a la intimidad que nos une.

Entonces, ¿qué hacer cuando hieres al otro con tus palabras o actos? Simplemente pedir disculpas y no ignorar los errores. Si no se curan a tiempo las heridas, estas pueden infectarse y construir muros en vuestra relación. Pero nuestros errores también son nuestros mejores maestros.

Cada acto o palabra torpe nos da la oportunidad de empezar de nuevo. Cuando se falla en amar con atención plena y se hace daño, las parejas más hábiles y comprometidas con su relación hacen un ejercicio de reparación y comienzan de nuevo decididos a resurgir, aprender algo y hacerlo mejor la próxima vez.

Cómo dar y recibir una disculpa

Dar o recibir una buena disculpa es un arte, y una buena disculpa requiere de dos personas. Están el dador y el receptor. La disculpa debe ofrecerse y debe aceptarse.

Una disculpa que sana se basa en la bondad, la generosidad y la compasión. Te he hecho daño. Me doy cuenta. Como ofensor, te ofrezco mi reparación. Pido disculpas con buen corazón, voz y palabras. Intento renovar nuestra intimidad y acercarnos nuevamente. Pero no puedo repararlo solo. Incluso una disculpa elaborada por el propio Buda no está completa a menos que el receptor la acepte con gracia y ofrezca algo a cambio: perdón. Cuando me has lastimado, te veo luchar. Y te amo, así que escucho tus disculpas con un corazón, oídos y mente amables. Y luego te perdono. Sin mi perdón, nuestra brecha no puede sanar.

Entonces, nosotros, el ofensor y el ofendido, tenemos la misma responsabilidad de reparar lo que ha sido agrietado. Somos amantes, juntos. Nuestra relación es algo de lo que todos asumimos plena responsabilidad.

Mi forma de pensar causa mi infelicidad, no tú. Entonces, incluso cuando hayas dicho algo cruel, puedo elegir, con mi mente, dejarlo ir, ver más allá de las nubes temporales del miedo, el ego y la historia del amor que subyace. Así que sí, cariño, te perdono. Te perdono por tu humanidad, tus defectos, tus traspiés. Y te pido que hagas lo mismo por mí cuando falle.

Amar significa no tener que decir nunca, lo siento

La disculpa consciente en la práctica: reparar, perdonar y empezar de nuevo

Reparación

Aquí hay un manual de reparación para cuando digas o hagas algo que moleste a tu pareja.

“Lo siento” es un buen comienzo, pero para que una disculpa reconstruya la intimidad, debe tener tres cualidades. Si has dicho algo injusto, primero debes reconocer el error. En segundo lugar, debes reparar el daño. En tercer lugar, debes comprometerse a mejorar.

Por lo tanto, practica diciendo “lo siento” de forma en la que te responsabilizas, reparas y mejoras. Hice algo que te dolió (responsabilizarse), lo siento (reparar) y voy a cambiarlo (mejorar).

Perdón

¿Puedes perdonar y olvidar? Si has resultado herido, es posible que nunca olvides por completo. Pero siempre puedes perdonar porque el perdón es una elección, una elección que quizá debas tomar una y otra vez. Cuando tu mente se apodera de algo que tu pareja dijo o hizo que te lastimó, has olvidado el momento presente. Estás reviviendo algo que ya no existe. Estás creando tu propio sufrimiento aquí y ahora, basado en vuestra historia. Si eliges no perdonar perdonar a tu pareja, no podrás bailar en el momento presente con él. Estás contaminado por el pasado.

Al elegir perdonar a tu pareja, también estás eligiendo perdonarte a ti mismo, porque también cometes errores. Elige dejar de crear dolor en este momento perfecto.“Te perdono” es un buen comienzo para aceptar una disculpa pero es más recomendable seguir estos tres pasos: Primero, agradécele a tu pareja por preocuparse tanto por ti y vuestra relación. En segundo lugar, reconoce que tu pareja ha sido responsable de su error y está intentando repararlo. Y tercero, acepta la disculpa.

Así que practica diciendo“te perdono”, de forma en que agradeces, reconoces y aceptas. Gracias por reconocer tu error (agradecimiento), entiendo que te haces responsable de tu error (reconocimiento) y te perdono (aceptación).

Empezar de nuevo

No permitáis que se acumulen asuntos pendientes. Soltad los pequeños desaires y las grandes heridas para que poder renovaros. Practicad las disculpas mutuas a menudo.

Amar significa decir”lo siento” y “te perdono”. Y ahora volvemos a empezar, en este mismo momento, como amigos y como amantes generosos. Porque nadie es perfecto, y el AMOR lo sabe.


Comparte el amor

Deja una respuesta