¿Cuáles son las causas de la disminución del deseo femenino?
Hay varias condiciones médicas que disminuyen el deseo sexual, como la depresión, el estrés y la fatiga. Hay otras condiciones orgánicas más serias, que también producen alteraciones sexuales en la mujer, como enfermedades de la glándula endocrina llamada pituitaria, que produce cantidades elevadas de prolactina, una hormona que afecta directamente el deseo sexual. Hay otras condiciones patológicas que también alteran dicha hormona como la cirrosis y el tratamiento con ciertos medicamentos (sedantes, narcóticos, antidepresivos, etc.).
La testosterona, aunque es una hormona de los hombres, juega un papel importante en el estímulo sexual femenino, pues la mujer la produce en pequeñas cantidades en los ovarios y en las glándulas adrenales, si hay por ejemplo disminución de éstos andrógenos por resección quirúrgica de ambos ovarios, histerectomía (resección quirúrgica de la “matriz”) o quimioterapia, puede haber disminución del deseo sexual.
Además, hay cambios en el patrón hormonal a través de los diferentes estadíos de la vida, que dan como resultado disminución del deseo sexual. Por ejemplo, hay disminución de la líbido en los días previos a la menstruación, posterior al nacimiento de un hijo o en las cercanías de la menopausia. De otra parte, ciertos medicamentos también la disminuyen, como los anticonceptivos orales y, de manera secundaria, retardan la sensación del estímulo sexual y el orgasmo.
Muchos problemas de salud, afectan la anatomía sexual, la cual comprende el sistema vascular, el sistema neurológico y el sistema endocrino, que pueden causar dispareunia (coito difícil o doloroso), causando dolor crónico, fatiga y malestar, por ejemplo infecciones genitales y urinarias.
Hay otras causas mal llamadas “psicológicas” ya que en la actualidad son mejor comprendidas. Hay dificultades en conseguir la estimulación sexual de acuerdo a las etapas de la vida, y es importante entenderlas para no alterar las relaciones de pareja y la estabilidad emocional. Así, muchas mujeres están comprometidas con diferentes quehaceres en la vida diaria, el trabajo, en casa, como amiga, como madre, como esposa y dejan a un lado su papel sexual.
Así mismo, en el puerperio (estado de la mujer después del parto hasta que su estado general vuelva a aquel previo de la gestación) hay cambios sentimentales, que hacen a la mujer, madre, sintiendo una mayor responsabilidad con su hijo que con la pareja, además de mensajes como “las madres no tienen sexo”, disminuyen el deseo sexual en esta etapa de la vida.
Por otra parte, hay muchos mitos con respecto al sexo, de acuerdo a cada cultura, que impiden que la mujer pida ayuda cuando tiene problemas en su satisfacción sexual. Esto conlleva a dificultades en el diálogo con la pareja, de las preferencias de la mujer, haciéndola una receptora pasiva, y no gozando de su sexualidad.
¿Cómo despertar el deseo sexual?
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- Cuando veas a tu pareja al final del día, dale un beso que dure por lo menos 10 segundos. Esto parece mucho, pero le ayudará a conectarse nuevamente después de un día muy largo y puede ayudar a encender el deseo a tener relaciones.
- Compra alguna prenda íntima sexy y sorprende a tu pareja (o atrévete a regalar algo sexy si eres hombre!)
- Si quieres algo nuevo o que tu pareja te toque de otra manera, transmítele ese sentimiento cuando no estén teniendo relaciones. Si te concentras en lo positivo, en decirle lo que más te gusta o te gustaría, tu pareja no lo tomará como una crítica.
- Si es el sueño lo que está afectando el deseo, piensa en la posibilidad de tener relaciones sexuales en otras horas del día; a lo mejor tienes más energía por la mañana o durante la siesta que por la noche. Esto también ayuda a que la relación sea mucho más espontánea.
- Elige una noche de la semana la ideal para citas románticas. Aunque no es muy espontáneo, la pareja tendrá la oportunidad de pasar un tiempo juntos cada semana, sin la presión de los niños, el trabajo u otras cosas.
- Si nunca puedes tener orgasmos, busca ayuda. La recomendación es la misma tanto para hombres como para mujeres. Si el sexo no es divertido y excitante entonces perdemos el interés.
- Conoce tu cuerpo y enseña a tu pareja. Practica el autoestímulo y después induce a tu pareja para que haga lo mismo.
- Asegúrate de practicar el juego sexual antes de la penetración. Tal vez sería saludable acordar con tu pareja alternar la penetración con las caricias y el estímulo físico.
- Intenta los besos como una forma de hacer aumentar el deseo. Puedes experimentar con diversas maneras de besar.
- De acuerdo con las teorías antiguas de Oriente sobre el sexo, hay nueve lugares estratégicos para el beso: orejas, cuello, mejillas, axilas, labios, muslos, costado, pecho y genitales.
- Trata de tener sexo en un sitio donde no lo hayas hecho nunca.
- Cubre los ojos de tu pareja con un pañuelo (y que ella haga lo mismo contigo en otra oportunidad) durante el sexo.
- Cita a tu pareja en un bar o restaurante y dale besos apasionados antes de volver a casa.
- Visita con tu pareja a una tienda erótica y busca unas cositas que les guste probar.
- Miren fotos y películas juntos o lean literatura erótica.
- Despiértate cualquier día con ganas de sentirte sexy, y piensa en el sexo desde por la mañana. Dale un beso apasionado a tu pareja antes de salir de casa. Llámala durante el día y recuérdale lo que pasará más tarde.
- Si tienes un problema con el deseo sexual, habla con su pareja. Intenta determinar si es algo físico, emocional, si está relacionado con todos los aspectos de tu vida en general o si es una combinación de varios factores. Siempre es mejor trabajar en pareja si lo que se busca es solucionar el problema.
¿Qué opciones hay para el tratamiento del trastornos del deseo?
Un tratamiento médico y psicológico integral es necesario para alcanzar resultados óptimos. Primero hay que descartar elementos orgánicos que disminuyan la líbido y luego factores emocionales. En algunos casos es requerida la psicoterapia para afrontar problemas psicológicos que inhiban el deseo sexual. Si es a causa de la ingesta de fármacos, debe sopesarse el riesgo beneficio en la suspensión de ellos, lo cual debe decidirse con su médico.
El tratamiento involucra el conocimiento del problema y su discusión puede traer consecuencias serias. En conclusión, muchas veces la disminución de la líbido, como causa de insatisfacción sexual tiene remedio, consulte a su terapeuta y llegue al fondo del problema para así solucionarlo, su vida será más placentera.