El orgasmo y la mente

La excitación sexual y el orgasmo femenino son complejos procesos que involucran a toda la mujer, su mente y cuerpo.

Tema de interés y fascinación tanto para hombres como mujeres, pues, a diferencia del masculino, éste carece de señales evidentes.

No existe un patrón que defina el orgasmo para todas las mujeres. Incluso, ellas son capaces de sentir diferentes tipos: el que se produce por la estimulación del clítoris, llamado clitoridiano, o el uterino, que se expande por todo el cuerpo en forma de intensas oleadas.

La mente humana recibe los estímulos sexuales del cuerpo, los procesa, y basada en lo aprendido anteriormente y en la experiencia causa que el cuerpo responda a ellos. El cerebro comienza el proceso de excitación sexual como respuesta a los pensamientos (fantasía sexual), estímulos visuales (viendo una pareja desnuda), estimulación audible (escuchando la voz de una pareja), estímulos olfativos (el olor del cuerpo de la pareja), y gustativos (el sabor del cuerpo de la pareja)

El cuerpo puede comenzar el proceso de excitación como resultado de que la mujer, o su pareja, toque sus genitales o senos, la sensación del aire fluyendo por su piel desnuda, o su ropa estimulando sus pechos o genitales. Mientras que la mente y el cuerpo pueden experimentar la excitación sexual separadamente, no pueden experimentar separadamente el orgasmo. El orgasmo requiere que la mente y el cuerpo trabajen juntos. Solo el pensamiento puede conducir a un orgasmo, pero éste se siente en el cuerpo. La estimulación y la excitación pueden originarse en uno o en otro, pero el orgasmo toma lugar en ambos.

Al nacer respondemos a la estimulación sexual basadas sólo en el instinto. Si nos sentimos seguras y nuestras necesidades básicas son cubiertas, muy probablemente responderemos a los estímulos sexuales muy fácilmente. Esto quizá explica por qué los sencillos actos de mamar y exponer nuestros genitales al aire resulten en excitación sexual en las niñas. Al nacer somos muy sensibles a los estímulos sexuales y nuestras mentes no han aprendido aún las respuestas sexuales “apropiadas.” Como resultado, al nacer, el orgasmo está probablemente controlado más por estímulos físicos que por procesos mentales. El orgasmo es simplemente un simple reflejo físico al nacer.

El orgasmo femenino y la mente. Respuesta sexual

Al llegar la pubertad ya se nos enseñó la respuesta sexual apropiada. Quizá ya sepamos que cualquier respuesta sexual es mala. Podemos haber estado tan aisladas de nuestra propia sexualidad física que incluso no la advertimos cuando estamos sexualmente excitadas. Esto es más cierto en las chicas que en los muchachos, porque éstos experimentan una erección. Sabemos quiénes son chicas buenas y chicas malas. Sabemos quién puede ser una pareja apropiada, incluso si no podemos pensar en ella en términos sexuales. Las adolescentes, y las mujeres adultas, pueden no permitirse estar en situaciones que las hagan sentirse sexuales, si le dan categoría a esa sensación como mala. Pueden percibir la excitación sexual como “estar enamoradas. Pueden descartar cualquier sensación sexual, negando que ocurre, o pueden responder tan negativamente a los estímulos sexuales que el sexo mismo es imposible.

Algunas mujeres no tienen muchos sentimientos negativos hacia el sexo y son abiertamente sexuales. Disfrutan estando excitadas y buscan estímulos sexuales libremente. No les importa qué o quién les provoca sentirse excitadas, sólo lo disfrutan. Desde ya que la sociedad ve a estas chicas sexuales y mujeres sexuales negativamente y las etiqueta como putas o prostitutas. En nuestra confundida sociedad, la chica que evita todas las sensaciones sexuales es considerada más normal que una mujer abiertamente sexual. Esto es menos cierto hoy que hace veinte años, pero todavía es verdad.

El orgasmo para las mujeres puede ser más una percepción mental que una experiencia física, mucho más que para los hombres, como resultado de las mayores restricciones sexuales impuestas sobre la mujer. La habilidad de un hombre de lograr la erección y eyacular es un símbolo de su virilidad, la mujer que se excita y goza sexualmente puede ser vista como “descontrolada” y “lasciva.” Esto quizá explica por qué las mujeres a menudo eran menos orgásmicas que los hombres porque uno tiene que especular que ambos son igualmente orgásmicos al nacer. Por suerte hoy en día están cambiando estos esquemas y las mujeres experimentan, practican y disfrutan igual que los hombres.

El ciclo de la respuesta sexual

Hay dos cambios físicos por los que el cuerpo de la mujer debe pasar para que experimente el orgasmo:

  1. La vasocongestión, la acumulación de sangre en los senos y órganos genitales. Esto resulta en que los pechos y genitales se agrandan, el cuerpo se siente más tibio o caliente al tocarlo, el color de los pechos o genitales cambia, y aparece la lubricación vaginal.
  2. La miotonía o tensión neuromuscular, la acumulación de energía en las terminaciones nerviosas y músculos de todo el cuerpo. La miotonía es la tensión sexual a la que me refiero en mis consejos para la masturbación para mujeres pre-orgásmicas. La miotonía no es tensión mala experimentada como el resultado de sensaciones negativas. Usted puede experimentar una fuerte miotonía como una sensación de plenitud o tensión en su cuerpo antes del orgasmo, el punto de no retorno. Algunas mujeres cuando se enfrentan a la miotonía fuerte no se permiten a sí mismas pasar el límite, dejarse ir, y entonces no experimentan el orgasmo.

Los sexólogos han dividido el ciclo de la respuesta sexual en cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo, y resolución; durante las cuales la mujer puede experimentar diferentes respuestas.

Fase excitación

Esta fase puede ir acompañada por las siguientes respuestas físicas a los estímulos mentales y/o físicos:

  • Primeramente comienza la lubricación vaginal, dentro de 10-30 segundos.
  • Los dos tercios internos de la vagina se expanden.
  • El útero y el cérvix se levantan hacia arriba.
  • Los labios mayores se aplastan y separan.
  • Los labios menores aumentan de tamaño.
  • El clítoris aumenta de tamaño.
  • Los pezones pueden ponerse erectos como resultado de contracciones musculares.
  • Cuando hay mucha excitación los senos pueden aumentar de tamaño.

Fase Meseta

Durante esta fase la mujer puede experimentar:

  • Un marcado aumento de la tensión sexual.
  • Un aumento de la vasocongestión de la vagina, que causa que el tercio exterior de la vagina se hinche, resultando en que la apertura vaginal se reduzca de tamaño, quizás un 30%.
  • Dos tercios interiores de la vagina se hinchan. La mujer puede experimentar un fuerte deseo de ser llenada, un dolor vaginal.
  • La lubricación vaginal puede disminuir durante esta etapa, especialmente si se prolonga.
  • El clítoris se pone erecto constantemente, el glande se mueve hacia adelante hacia el hueso púbico, ocultándose aún más detrás del capuchón clitoridiano.
  • Los labios menores aumentan considerablemente su espesor, quizás 2-3 veces.
  • Los labios menores hinchados pueden abrir los labios mayores dando como resultado que la apertura vaginal sea más prominente.
  • El color de los labios menores cambia considerablemente. Pasando de rosado a rojo en mujeres que no han dado a luz, y de rojo brillante a morado oscuro en las mujeres que lo han hecho. Los colores pueden variar, pero no su marcado cambio.
  • La areola, el área pigmentada alrededor de los pezones, comienza a hincharse.
  • Los senos pueden aumentar de tamaño un 20-25% en las mujeres que jamás han amamantado, pero en mujeres que lo han hecho hay un aumento menor o ninguno.
  • Un 50-70% de las mujeres experimenta “rubor sexual” en su pecho y en otras áreas del cuerpo que resulta de un mayor flujo de sangre cerca de la superficie de la piel.
  • Aumenta el ritmo cardíaco, quizá palpitando notablemente.
  • Hay un marcado aumento de la tensión sexual en los muslos y en los glúteos.
  • El cuerpo de la mujer está ahora completamente listo para el coito.

El orgasmo femenino y la mente. Respuesta sexual

Fase Orgasmo

Durante la fase orgásmica la mujer puede experimentar:

  • Contracciones musculares rítmicas que ocurren en el tercio exterior de la vagina, el útero y el ano. Las primeras contracciones musculares son las más intensas, y ocurren a un ritmo de un poco más que 1 por segundo (0,8 segundos.) Al continuar el orgasmo, las contracciones se vuelven menos intensas y ocurren más aleatoriamente. Un orgasmo moderado puede tener 3-5 contracciones, uno intenso 10-15.
  • El “rubor sexual” se vuelve aún más pronunciado y puede cubrir un mayor porcentaje del cuerpo.
  • Los músculos de todo el cuerpo pueden contraerse durante el orgasmo, no solamente los del área pélvica.
  • El orgasmo también tiene lugar en el cerebro, como indican las ondas cerebrales monitoreadas.
  • Algunas mujeres emiten o rocían un poco de fluido de su uretra durante el orgasmo. A esto a menudo se lo llama eyaculación femenina. Mientras que aún no se han puesto de acuerdo sobre si lo que se expele es orina o eyaculación femenina, la fuente del fluido carece de importancia; las mujeres informan a menudo orgasmos muy fuertes cuando esto ocurre. Eso es todo lo que realmente debe importar, el placer de la mujer. Nadie cuestiona la eyaculación del varón, incluso siendo eso también sucia.
  • La miotonía puede ser evidente en todo el cuerpo, especialmente en el rostro, manos y pies. La expresión facial de la mujer puede indicar que ella está padeciendo dolor cuando en realidad está teniendo un placentero orgasmo.
  • En el pico del orgasmo todo el cuerpo puede ponerse rígido momentáneamente.

Fase Resolución

En esta fase resolutiva la mujer puede experimentar:

  • Si la estimulación sexual continúa, la mujer puede experimentar uno o más orgasmos adicionales.
  • La vagina y la abertura vaginal, retornan a su estado natural de relax.
  • Los senos, labios, clítoris, y útero retornan a su tamaño, posición y color normales.
  • El clítoris y los pezones pueden estar tan sensibles que cualquier estimulación puede resultar incómoda.
  • El “rubor sexual” desaparece.
  • Puede haber mucha sudoración y respiración profunda.
  • El corazón puede latir rápidamente.
  • Si el orgasmo no ocurre, la mujer experimenta todo lo listado arriba, pero a un ritmo mucho menor. La sangre atrapada en los órganos pélvicos, no habiendo sido disipada por las contracciones musculares orgásmicas, puede resultar en una sensación de pesadez e incomodidad pélvica.

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