Enraizarme en tu pecho, con cada latido
Sembrarme entre tus brazos, abonada en caricias
Cuajar un amor dulce, almíbar en tu boca
Regar con mis manos tu tronco-hombre, sólo mío

Nacer en ti cada noche revueltos en ramas,
hojarasca y tierra fecunda: amasijo de carne
como madreselva sarmentosa enroscada

Germinar por ti cada una de todas mis madrugadas

Envolverme con tu triste verde sonrisa,
hasta que desaparezca y sea abono amante
de una historia de amor, la nuestra,
hecha de sol, luz y terrosa sangre

Virtudes Montoro


Comparte el amor

Deja una respuesta