Los Derechos de los Homosexuales

La ONU y la UE han establecido principios internacionales respecto de la homosexualidad, vinculantes para sus estados miembros. Este el caso de los Principios de Yogyakarta, que extienden explícitamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos a las personas homosexuales, bisexuales, transexuales y transgénero, cuyos derechos ya estaban incluidos implícitamente en el artículo segundo de la mencionada Declaración Universal bajo los genéricos «o de cualquier otra índole» y «o cualquier otra condición»:

  • Declaración Universal de los Derechos Humanos

Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

  • Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea

– Se prohíbe toda discriminación, y en particular la ejercida por razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual.

– Se garantizan el derecho a contraer matrimonio y el derecho a fundar una familia según las leyes nacionales que regulen su ejercicio.

Los derechos que reclaman los homosexuales son los mismos derechos que tienen los heterosexuales.

  • Tenemos derecho a la vida, a la libertad y a la igualdad.
  • Tenemos derecho ser respetados.
  • Tenemos derecho a relacionarnos con otras personas iguales que nosotros, sin ser censurados por ello.
  • Si un beso entre heterosexuales no es un crimen, un beso entre dos personas del mismo sexo TAMPOCO lo es. Si los heterosexuales pueden andar tomados de la mano por la calle sin ser mal vistos, los homosexuales también tenemos el mismo derecho.
  • Tenemos derecho a establecer relaciones de pareja. Si los heterosexuales contraen matrimonio para establecer un hogar, amarse y apoyarse mutuamente y formar una familia, los homosexuales debemos tener ese mismo derecho.

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Para nosotros, encontrarnos con el ser amado es una experiencia muy dura:

Mientras los heterosexuales se relacionan libremente entre ellos desde los 11 ó 12 años, cuando un niño muestra signos de ser homosexual es atacado socialmente y tratado por “especialistas” como un “caso”.

Mientras los heterosexuales comienzan su vida sexual entre los 15 y los 17 años, en el caso de los homosexuales esto ocurre mucho más tarde en el homosexual promedio, entre los 18 y los 21 años.

Mientras los heterosexuales se expresan afecto con caricias y besos sin que eso sea mal visto, un beso o una caricia entre dos personas del mismo sexo es duramente atacado socialmente y penalizado como un acto criminal por las “autoridades”. Sobran las historias de homosexuales que han sido apresados y humillados sólo por un beso.

Mientras los heterosexuales cuentan con variedad de lugares (hoteles, moteles, y otros sitios públicos) existen muy pocos de estos sitios donde se admitan parejas del mismo sexo. En la práctica en muchos países se nos obliga a “escondernos” para amarnos.

Ser homosexual NO es:

Estar enfermo. La homosexualidad dejó de ser considerada una enfermedad mental en 1972. Es lamentable que hoy en día, 26 años después, aún hayan personas cuyos prejuicios e ignorancia los mantengan en la opinión de que los homosexuales somos enfermos

Ser un pervertido. La ignorancia popular atribuye a los homosexuales un carácter libertino y promiscuo. La evidencia estadística muestra que los homosexuales tendemos a ser algo menos estables en nuestras relaciones que los heterosexuales. Esto es así porque los homosexuales carecemos de las instituciones que soportan la estabilidad de pareja entre los heterosexuales: el matrimonio, por una parte, y los hijos por otra. En la medida en que el matrimonio homosexual se legalice y en que ser homosexual deje de ser un demérito para poder adoptar niños, la pareja homosexual será más y más duradera.

homosexuales Ser una amenaza para la sociedad. Es un mito que nos ofende mucho aquello de que la homosexualidad “se pega”. Ninguno de nosotros se empeña en convertir en gays a los que no lo son. Un gran amigo mío dice: “si te dan a escoger entre enamorarte de un straight y que te saquen una muela sin anestesia, elige lo segundo, es menos doloroso”. Ninguno de nosotros está exento de enamorarse de alguien que no sea homosexual, y cuando eso ocurre, es exactamente igual que cuando un straight se enamora de una mujer que no le corresponde en el sentimiento. Tampoco es cierto que los homosexuales acosemos a los niños para seducirlos, la paidofilia es una disfunción sexual que se presenta con más frecuencia entre los heterosexuales que entre los homosexuales.

Acoso. Tampoco es cierto que los homosexuales acosemos a los niños para seducirlos, la paidofilia es una disfunción sexual que se presenta con más frecuencia entre los heterosexuales que entre los homosexuales.

Acostarse con cualquier hombre que esté dispuesto a ello. Los homosexuales somos tan exigentes o aún más que los heterosexuales en la elección de pareja. Aparte de la atracción mutua, en la conformación de parejas homosexuales intervienen los mismos mapas mentales que en las parejas heterosexuales. Algunos factores que se consideran son el estatus socioeconómico, el compartir actividades o intereses y estar en el mismo grupo etario.

Ser una loca, ser pato o ser afeminado. La mayoría de los homosexuales son personas que se visten, hablan y actúan tan masculinamente como cualquier heterosexual. Si bien es cierto que hay homosexuales que además son afeminados, también hay heterosexuales que lo son.

Ser exhibicionista, bullanguero y grotesco. Las imágenes de algunas manifestaciones pro-homosexuales en diversas partes del mundo han creado la falsa idea de que somos gente indecente, que sale a la calle vistiendo unas tangas y agitando banderas arco iris. La realidad es que somos gente pudorosa y decente como cualquier otro. Asistimos a nuestros trabajos vestidos de acuerdo a nuestras funciones. Algunos somos elegantes, otros somos informales… ¡igual que la gente heterosexual!

Ser homosexual SI es:

Ser una persona normal, con una vida norma, con padres, hermanos y familias como cualquier otro, que siente alegría y tristeza como todos, que “ama, ríe, llora y sueña” igual que los demás. La única diferencia palpable en la conducta de los homosexuales es que amamos y nos sentimos atraídos por personas de nuestro mismo sexo.

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