Esta vernácula excepción nocturna,

este arquetipo de candente frío,

quién sino tú merece el desafío

que urde una dentadura taciturna.

Semen luna y posesión vulturna

el moho de tu aliento, escalofrío

cuando abra tu garganta el cortafrío

de una sed que te vuelve vino y urna,

Todo sucede en un silencio ucrónico,

ceremonia de araña y de falena

danzando su inmovilidad sin mácula,

su recurrente espacio catatónico

en un horror final de luna llena.

Siempre serás Ligeia. Yo soy Drácula.

Julio Cortázar


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