Cuando el sexo cansa
Algunas personas reportan que después de haber disfrutado durante un largo tiempo con su pareja una vida sexual muy activa y apasionada, paulatinamente se fue perdiendo el interés y ahora es muy difícil iniciar o prestarse para un encuentro sexual sin que parezca que se le está haciendo un favor a la pareja.
La vida sexual, por más que uno se esfuerce por impedirlo, finalmente tiende a ser monótona y a repetir los mismos acercamientos y procedimientos que hastían a los dos participantes.
Cuando se presenta esta condición casi inevitable; las parejas, preocupadas por este distanciamiento, buscan novedad y reanimación de su vida sexual acudiendo a quienes ofrezcan cualquier alternativa que puedan someter a ensayo-error para ver si vuelven a disfrutar de eso que ahora apenas es un vago recuerdo e intensa nostalgia.
Los teguas, estos no profesionales que dicen conocer los secretos de la vida sexual intensa y apasionada porque los obtuvieron de lo profundo de las selvas y del conocimiento milenario de los indígenas con quienes convivieron tal vez apenas unas cuantas horas –si es que los conocieron- ofrecen las pócimas que más que eficientes y eficaces afrodisíacos (que, a propósito, recordemos que no existen) son preparados cuyos ingredientes pueden ser tóxicos. Vale la pena mencionar acá que es raro pensar que si estas pócimas realmente funcionaran; más extraño sería que un laboratorio multinacional no se hubiera encargado de mercadearlo y en cambio se venda clandestinamente en almacenes de garaje.
Los sexshops o tiendas sexuales, son establecimientos en los que se ofrecen ayudas sexuales (incluidos también los supuestos afrodisíacos) con las que se espera que la vida sexual se renueve y se intensifique. Hablando de los adminículos para parejas (es que los hay para las satisfacciones individuales) y con excepción de los lubricantes o de las pomadas que estrechan el canal vaginal (que en realidad aumentan la fricción; pues no es posible disminuir de esta manera el calibre vaginal, pero cumplen su cometido haciendo creer que sí) los demás juguetes o ayudas parecen ser de más utilidad para quienes no necesitan reanimación sexual que para quienes están un poco desinteresados. Esto es, que los juguetes los disfrutan más los que son apasionados y le ponen morbo y sentido a estas ayudas que aquellos apáticos que esperan que uno de estos juguetes los convierta en apasionados amantes nuevamente.
Desde la perspectiva profesional, entendiendo que la reanimación de la vida sexual depende principalmente de hormonas (feromonas), de recompensas (novedad u orgasmo) o de afecto y oportunidad (buena comunicación de pareja), entonces son inicialmente estos frentes de trabajo los que nos ocupan. De hecho, usualmente cuando las parejas acuden a consulta ya han agotado las opciones anteriores que consideran inmediatas y más económicas sin anticipar que, como en muchos otros ejemplos, lo barato sale caro.
En el primer caso, exámenes de laboratorio y la actividad clínica determinan la ausencia o déficit y la posibilidad de tratar esa condición con medicamentos. En el segundo caso, ciertas recomendaciones de procedimientos y de mecánica sexual con los que, si no los han disfrutado, puedan comenzar a experimentar y disfrutar nuevas formas de sensuales encuentros sexuales y novedosos orgasmos. En el último caso, siempre recomendado, se fortalece la comunicación social y sexual de pareja para que la cercanía emocional, sentimental y física se mantenga o mejore facilitando las aproximaciones sexuales.
No malgaste su tiempo y dinero agotando expectativas e incrementando frustraciones y disfunciones. Consulte con profesionales: psicólogos-sexólogos o médicos-sexólogos.