El beso es el primer contacto con nuestra nueva pareja. Y ese primer contacto puede llegar a ser tan importante como para decidir basándonos en él si tendrá lugar una segunda cita o no. Quizás sean las mujeres las que más importancia le den a ese primer beso.

El primer beso puede ser bastante preocupante para personas muy tímidas, que temen en extremo ser rechazadas. Para ellos un consejillo: Si quieres estar seguro que tu beso será correspondido, coge una mano de tu nueva pareja y colócala entre las tuyas. Si la retira, espera a una mejor ocasión. Pero si el/ella permite este contacto durante unos minutos e incluso coloca su otra mano libre sobre las tuyas, lánzate a por ese beso. Muchas personas, sobre los más jóvenes (y pasionales), confunden la acción de besar con la de pegar sellos: puro ejercicio lingüístico. Nada más lejos de la realidad.

El beso es todo sentimiento, y besamos de forma totalmente intuitiva, ya que no es asignatura en el instituto. Pero dentro de esa intuición, hay ciertas pautas lógicas que debemos tener en cuenta, por ejemplo:

  • Si estáis en un lugar público, evita emitir sonidos. No es muy agradable ir al cine y escuchar los sorbetones de la pareja de al lado.
  • Cuida tu aliento. Sobre todo si uno de los dos fuma el beso puede resultar como pegarle un lametón a un cenicero.
  • Si los dos usáis gafas, quítatelas antes de besar a tu pareja.
  • Y siempre, siempre, traga saliva antes de besar “con lengua”. Los besos húmedos están muy bien, pero chorreando no le gusta a nadie.

Y ahora pasemos a los diferentes tipos de besos. Dejaremos, por supuesto, a un lado los besitos esos que damos por compromiso a la familia y conocidos, y que hacen más ruido que otra cosa. Esos no cuentan.

El beso, el primer contacto con nuestra pareja

Los besos “sin lengua”

Son los más sensuales. Pero no debéis limitaros al “muac” labios contra labios. Jugad con ellos. Atrapa uno de los dos tu pareja con los tuyos. Besa sus comisuras. Extiéndete por toda su cara, sus mejillas, su frente, sus párpados… Roza sus labios con la punta de tu lengua (sin llegar a introducirla en su boca) entre beso y beso.

Los besos “con lengua”

Comportan una mayor carga sexual. Si están bien dados, claro. En caso contrario, casi  revuelven el estómago y ya sabemos con quién no volver a salir en la vida. Porque no consisten en “meter la lengua hasta la garganta”, como muchos creen. También deberás tener en cuenta que tal vez a tu pareja le guste respirar de vez en cuando, así que no debemos agobiar con besos demasiado largos y profundos.

Cuando beses “con lengua” comienza introduciendo la punta de tu lengua suavemente en su boca para acariciar con ella la lengua de tu pareja. Juguetea dentro de su boca. Acaricia sus dientes, su paladar, explora su boca. Pero permitiendo que tu pareja también juegue en la tuya.

Lo mejor es alternar los dos tipos de besos para que resulte sensual y sexual al mismo tiempo.

Los besos pueden ser considerados una señal de amor, así que no olvides besar a tu compañero/a con la mayor frecuencia posible.


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