Invita y transgrede a una sexualidad (aún) más intensa
En la búsqueda, en el descubrimiento y en los desacuerdos con el placer, hay cosas que la práctica, el ensayo y el error nos enseñan y otras que sólo los especialistas conocen.
Los manuales de sexualidad nos dicen que, por regla general, es en esta secuencia de búsqueda, descubrimiento y desacuerdos, en la que tiene lugar lo que muchos llaman “el ciclo de respuesta sexual humana”. Pero en la práctica, el sexo y el placer pueden no cumplir dicha regla al pie de la letra.
“Aunque durante mucho tiempo, el deseo ha estado presente en este modelo de tres fases, la práctica muestra algo diferente. Muchas personas se involucran sexualmente sin mucho o ningún deseo y, con la pareja tomando la iniciativa, ese deseo y esa excitación terminan apareciendo”, dijo Jorge Cardoso, psicólogo clínico y terapeuta sexual, en su reflexión “El placer femenino versus el placer masculino.”.
Tantas veces tomado como sinónimo de orgasmo y puede que no lo sea, el placer sigue siendo tan competente para unir a hombres y mujeres como para separarlos. ¿Pero por qué? En todo el mundo, muchos expertos han tratado de responder a la pregunta.
“El sexo consiste en que un ser humano muestre su sexualidad a otro para que éste descubra la suya”
dice el experto en relaciones Roberto Hogue
Y encuentra cuatro maneras de hacerlo:
Conoce tu anatomía
Más de la mitad de la población mundial dice estar insatisfecha con su vida sexual. La Dra. estadounidense Laura Berman, terapeuta sexual y fundadora del Instituto Berman para la Salud Sexual, afirma que conocer tu propio cuerpo contribuye enormemente a la satisfacción sexual. “Si quieres que tu pareja esté dentro de tu vagina, tú también tienes que estar cómoda con tu vagina”, dice.
El primer paso para sentirse cómodo con la anatomía femenina es utilizar la terminología correcta, dice la Dra. Berman. “Animo a la gente a utilizar los términos reales, utilizamos decenas de sinónimosa porque nos sentimos demasiado incómodos para decir realmente ‘vulva’ o ‘clítoris’ o ‘vagina’”. Y también habla sobre cómo debes enseñar a tus hijos los nombres anatómicos correctos. “Esa es la primera educación sexual para ellos.”
Explica también la visión externa de la anatomía femenina. Cuando se trata de conocer el cuerpo, la Dra. Berman dice que las mujeres deben aprender qué es cada cosa, dónde se encuentra y qué hace. La vulva de una mujer es toda la región externa, y la vagina es sólo la parte interna, explica. “Cuando se llama vagina [a la vulva], se están reduciendo todos los genitales de la mujer a ese canal interno”, dice.
La estimulación del clítoris es la fuente más común de orgasmos femeninos, dice la Dra. Berman. “El clítoris tiene en realidad entre 10 y 12 centímetros de longitud. Se ramifica internamente y llega casi hasta el hueso púbico en el cuerpo de la mujer. Pero esta zona tiene más terminaciones nerviosas que cualquier otra parte del cuerpo y más terminaciones nerviosas que todo el pene de un hombre. Es un punto caliente muy importante en la anatomía de la mujer.”
En cuanto a la visión interna de la anatomía femenina, nos explica que si una mujer quiere tener un orgasmo vaginal, necesita encontrar su punto G. “Si una mujer está tumbada de espaldas, introduce dos dedos en la vagina por el lado del ombligo [a unos dos tercios del recorrido] y mueve los dedos… sentirá el punto G”, dice. El tejido del punto G es diferente al del resto de la vagina. “Algunas mujeres dicen que se siente casi como la punta de su nariz.”
Mientras haces este experimento, no te sorprendas si sientes que tienes que ir al baño. “Cuando estés estimulando el punto G, tendrás la sensación de que tienes que orinar debido a la proximidad del punto G con la uretra. … Eso es una señal de que estás en el lugar correcto.”
Tienes que identificar tu propio punto G antes de que nadie pueda hacerlo. “Tienes que encontrarlo tú primero”, dice la Dra. Berman. “De lo contrario, puede que nunca sea capaz de encontrarlo.”
Los músculos de la región del suelo pélvico de la mujer se contraen y se liberan cuando tiene relaciones sexuales. Según la Dra. Berman, la fuerza de estos músculos contribuye a la fuerza del orgasmo que puede tener una mujer. “También proporcionan más fricción contra el punto G si se utilizan durante las relaciones sexuales”, afirma.
A medida que una mujer envejece o si tiene un bebé, los músculos del suelo pélvico pueden aflojarse. “Son los músculos que se aprietan para detener el flujo de orina. Así es como se identifican: son los Kegel”, dice la Dra. Berman. “Hay que fortalecerlos mediante esos ejercicios de los músculos centrales y los [ejercicios] de Kegel. Y si tienes un control de los músculos de Kegel realmente fuerte, deberías ser capaz de apretar la vagina… hacia dentro y hacia arriba [y] hacia dentro y hacia atrás, y si realmente tienes control, de lado a lado.”
Prioriza e innova sin miedo
No tengas miedo de hacerlo. Para las mujeres, el placer es algo que se conquista, se descubre y se persigue. Pero están mucho menos entrenados en la búsqueda del placer sexual. Tienen que quererlo, tienen que reclamarlo como algo importante en sus vidas.Tienen que aprender a descontrolarse, a entregarse, a dejarse llevar.
Jorge Cardoso, psicólogo clínico y terapeuta sexual, añade otras pistas válidas para ambos géneros. “El sexo se lleva bien con dos cosas, la novedad y la transgresión, y la novedad no significa tener sexo con una nueva pareja todos los días, y la transgresión no es sinónimo de violencia o crimen sexual”. A veces basta con ir en contra de la rutina, apostando por nuevos escenarios en casa o en el extranjero y/o probando nuevas posiciones sexuales.
Hay momentos en que tu vida sexual pide a gritos más romanticismo. Sin embargo, aunque vemos cada vez más juguetes eróticos en las tiendas y nuevas prácticas sexuales que proliferan en Internet y en las redes sociales, hay quienes prefieren lo tradicional, lo que no significa necesariamente monotonía.
Jorge Cardoso no tiene dudas. “Cualquier cosa que tenga un nuevo sabor es siempre bienvenida en el sexo”, enfatiza. “Hay quienes tienen una fantasía que se puede realizar, por ejemplo, tener sexo en lugares públicos o semipúblicos, como un ascensor, que mezcla una dimensión de privacidad con un riesgo calculado”, dice. “Y es este riesgo el que también aumenta el deseo y el nivel de placer asociado.”
Al poder de la novedad, el terapeuta sexual añade el de la repetición. “Es algo obvio y que siempre hemos aprendido, pero lo único gratificante es repetir”, llega a recomendar. El problema es que hoy en día, absortos por las muchas tareas diarias, muchas parejas terminan olvidando lo placentero que puede ser el sexo, como han demostrado varios estudios internacionales en los últimos años.
Di lo que quieres y cómo lo quieres
Habla más alto. No tengas miedo de expresarte. “Muchos de los problemas que las mujeres reportan en las consultas reflejan una falta de comunicación”, dice Jorge Cardoso. En realidad, el especialista revela que, “muchos hombres quieren saber qué es lo que les da más placer y, muchas veces, ellos y ellas fantasean lo mismo, incluso están en sintonía, pero cualquiera de ellos piensa que no será receptivo y no avanza”, añade.
Maria do Céu Santo, coordinadora del Núcleo de Medicina Sexual de la Sociedad Portuguesa de Ginecología, indica que es común que las mujeres estén demasiado enfocadas en sus problemas, y subraya. “En mis consultas, algunas me dicen que la relación no está bien en este momento y que no sienten deseo sexual, y yo les pregunto si su marido es feliz pero muchas no saben, no tienen idea de lo que le gusta o piensa su pareja.”
“En lugar de esperar a que el otro adivine lo que quieres, es urgente que ambos hablen de erotismo, porque los estímulos, los clics son diferentes”, añade Ana Carvalheira. El tema debe ser abordado “como cualquier otro tema.”
Y cuando se trata de practicar, hay que perder la vergüenza de decir lo que se quiere, aconseja Maria do Céu Santo. “Debemos seguir guiando. Más a la izquierda, más a la derecha… Es esencial”, sugiere.
Acércate y aléjate
En una relación de dos, a uno generalmente le gusta más que al otro. “Uno ama y el otro se deja amar, lo que no significa que esto no cambie en el curso de su vida”, describe Maria do Céu Santo. A medida que la relación progresa en el tiempo, el sexo, en contra de lo que se piensa, puede incluso mejorar. “Cuando se tiene una nueva pareja, los niveles de excitación aumentan, pero el orgasmo es menos intenso, debido a la inseguridad e ignorancia del otro”, dice.
“La intensidad del orgasmo es mucho mejor en una relación a largo plazo”, añade. Hay estudios que lo atestiguan. Una pareja feliz en este campo es la que tiene la capacidad de encontrar puntos de convergencia pero también de crear espacios individuales”, considera Maria do Céu Santo. “No siempre deben estar pegados, de lo contrario el deseo no respirará”, advierte. “Tiene que haber oxígeno para la llama.”
Jorge Cardoso está de acuerdo. “Lo más importante es aprender a vivir en libertad en la relación y esto es fundamental porque trae amor y trae deseo, aunque es muy difícil porque hay problemas a nivel de control.”
Este es, además, uno de los mayores desafíos para las relaciones de hoy en día, subraya Ana Carvalheira. “Tenemos que compartir el poder, saber estar en una relación de iguales.”