¿Qué es el priapismo?

El priapismo se define como un trastorno masculino caracterizado por una erección prolongada con o sin dolor, durante la cual los tejidos cavernosos del miembro no reciben oxígeno y a la larga puede degenerar en una impotencia irreversible.

Su tratamiento se aborda con una intervención para evacuar la sangre del miembro, la inyección de medicamentos y el quirófano.

Todavía no están muy claros los mecanismos que intervienen en el priapismo, un fenómeno desconcertante que afecta cada vez a más hombres, especialmente entre los treinta y cuarenta años de edad. Sin previo aviso ni excitación sexual de por medio, son víctimas de una erección prolongada cuyos efectos pueden ser nefastos para su virilidad.

Esta disfunción del pene puede responder a causas físicas, motivadas por una enfermedad (traumatismos, infecciones genitales, cáncer de la región pélvica, patologías sanguíneas o nerviosas) o la ingesta de ciertos fármacos (anticoagulantes inyectables, medicación hormonal o del sistema nervioso).

Los más propensos

El priapismo también se asocia a determinados estilos de vida. Los hombres de vida sexual agitada que consumen mucho alcohol, sobre todo cerveza, o excitantes del sistema nervioso, son más propensos a padecer este trastorno. Algunos padecen durante meses erecciones prolongadas mientras duermen de una o dos horas de duración, y a veces aún más. El miembro no vuelve a su posición de descanso tras el acto sexual, lo que en ocasiones convierte el coito en una experiencia dolorosa.

Sin embargo, el aumento de casos de priapismo de los últimos años se achaca principalmente a la difusión de las inyecciones intracavernosas, una exitosa solución terapéutica para provocar la erección de forma artificial. Si por efecto de este tratamiento el miembro se mantiene erecto más de dos o tres horas, acuda cuanto antes a un especialista en la materia.

Priapismo o erección prolongada del pene: ¿es peligroso?

“Una erección peligrosa”

El priapismo constituye una erección peligrosa. Al principio no suele ser dolorosa. La rigidez del miembro afecta sólo a los cuerpos cavernosos, mientras que el glande y los cuerpos esponjosos que rodean el conducto uretral lucen una elasticidad normal. Al cabo de las seis horas aparece el dolor, así como el riesgo de provocar una impotencia irreversible.

Con una erección prolongada las venas de los cuerpos cavernosos se estrechan y obturan, impidiendo a la sangre salir del pene y cerrando el paso a la nueva sangre arterial. Esta retención de sangre es la causa de todas sus complicaciones, ya que la falta de oxigenación de los tejidos cavernosos del miembro puede destruir las fibras musculares lisas del pene y acabar con su función eréctil.

Priapismos de gran caudal

No todos los priapismos responden a una falta de drenaje de los cuerpos cavernosos del miembro. Mediante la cavernosografía, una prueba que consiste en inyectar una sustancia opaca en los cuerpos cavernosos, se observa que la sangre circula a una velocidad de vértigo por las venas del pene en dirección a las venas del bajo vientre. En la jerga médica se denominan priapismos de gran caudal.

El fenómeno se produce como consecuencia de un traumatismo que da lugar a un cortocircuito entre una arteriola y una vena del pene. También conlleva riesgo de alteración o deterioro de las fibras musculares de los cuerpos cavernosos, aunque en mucha menor medida. En estos caso, el priapismo se prolonga durante días sin generar una impotencia irreversible. Se resuelve con una intervención quirúrgica destinada a eliminar el cortocircuito arteriovenoso.


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