Un estudio italiano recientemente publicado sugiere que las mujeres solo pueden tener orgasmos clitorianos y no vaginales, planteando importantes preguntas sobre la medicalización de la sexualidad femenina y la disfunción sexual.

“Muchas mujeres estarían felices de tener un orgasmo de cualquier manera”, señala la investigadora Jane Ussher de la Universidad de Western Sydney, especialmente aquellas que experimentan dificultades sexuales. Es difícil escribir sobre el tema de la sexualidad femenina sin usar un lenguaje negativo como “disfunción sexual femenina” o “anorgasmia”. Gran parte de lo que se ha escrito sobre el orgasmo femenino se basa en suposiciones falocéntricas, como que las mujeres “deberían” tener orgasmos a través de relaciones sexuales con hombres que incluyan la penetración, y si no logran el orgasmo es porque hay algo mal con ellas. Muchas mujeres han integrado estos puntos de vista culturalmente aceptables y la continua medicalización de la sexualidad femenina los refuerza constantemente.

Definir “disfunción sexual femenina”

De acuerdo con el último Manual de Diagnóstico y Estadística de Psiquiatría (el DSM-V), una mujer sufre de “trastorno orgásmico femenino” si experimenta un “retraso marcado, infrecuencia marcada o ausencia de orgasmo o intensidad reducida de sensaciones orgásmicas” en el 75-100% de sus relaciones sexuales. Esto debe ocurrir durante al menos seis meses y estar acompañado de angustia clínicamente significativa.

Muchas mujeres de la pasada generación experimentaron tal ausencia de orgasmos pero sin experimentar angustia clínicamente significativa porque no tenían una expectativa real de recibir satisfacción sexual de sus parejas. Su principal preocupación era no quedar embarazada.

La otra “disfunción” femenina más común es el “trastorno de disfunción sexual de interés/excitación”. A diferencia del “trastorno orgásmico femenino”, este trastorno si tiene un equivalente masculino: “trastorno del deseo sexual hipoactivo masculino”.

Las dificultades de excitación son sorprendentemente comunes. Un estudio a gran escala en el Reino Unido encontró que el 54% de las mujeres (en comparación con el 35% de los hombres) reportaron alguna forma de problema sexual que duró más de un mes. Los principales problemas que experimentaron estas mujeres fueron la falta de interés en el sexo, la incapacidad para llegar al orgasmo, las relaciones sexuales dolorosas o los problemas para lubricar.

¿Disfunción sexual femenina o no saber cómo pedir lo que nos gusta?

Sabemos que las dificultades sexuales tienen un impacto negativo en la calidad de vida de las mujeres, su bienestar general y la satisfacción de su relación.

También sabemos que solo una de cada tres mujeres de EE. UU que informan un problema sexual angustiante ha hablado alguna vez con sus médicos sobre ello. Esto se debe principalmente a su vergüenza por discutir temas sexuales con un médico. Como resultado, muchos médicos carecen de experiencia en el diagnóstico y tratamiento de las dificultades sexuales femeninas.

La complejidad de la sexualidad femenina

Existe un mito, propagado en los medios, de espontaneidad sexual: el sexo satisfactorio ocurre espontáneamente sin la necesidad de comunicación o negociación y es mutuamente satisfactorio para ambas partes. La realidad es, por supuesto, mucho más complicada. La investigadora de la Universidad de Pennsylvania, Maureen McHugh, describe lo que las mujeres realmente quieren, como relaciones mejores y más cariñosas, relaciones sexuales consensuadas, más tiempo y energía para expresar el deseo sexual, aceptación y reconocimiento del deseo sexual femenino, y más educación sexual. Es desconcertante considerar que más de una de cada cinco mujeres ha experimentado coerción sexual en algún momento de sus vidas. No es sorprendente, entonces, que algunas de estas mujeres experimenten alguna forma de “disfunción sexual” o dificultad más adelante en la vida. El modelo médico tiende a patologizar las complejas dificultades sexuales que experimentan las mujeres, que a menudo tienen dimensiones relacionales, culturales y de poder. De acuerdo con el DSM-V: Las mujeres difieren en la importancia del orgasmo para su satisfacción sexual. Puede haber marcadas diferencias socioculturales y generacionales en la “capacidad orgásmica” de las mujeres y esto lleva a la pregunta: ¿la capacidad de las mujeres para llegar al orgasmo varía mucho, o la capacidad de las mujeres para pedir que se satisfagan sus necesidades sexuales varía de una cultura a otra y de generación en generación?

Empoderamiento de las mujeres

Un estudio multinacional demostró que la prevalencia reportada de problemas sexuales varía según la región. Para las mujeres, la falta de interés en el sexo y la incapacidad para alcanzar el orgasmo fueron los problemas sexuales más comunes en todas las regiones del mundo, que van del 26% al 43% y del 18% al 41%, respectivamente. Las participantes describieron problemas como la edad, la salud física, la salud mental y la satisfacción de la relación como factores que influyen en el funcionamiento sexual, así como las diferencias culturales. Nos gusta pensar que las mujeres tienen poder y, sin embargo, estamos subrepresentadas en las salas de juntas y en el parlamento. Las mujeres en posiciones de poder aún sufren de sexismo y misoginia, como manifestó la ex Primera Ministra de Australia, Julia Gillard, en su poderoso discurso acerca de la misoginia, el cual resonó con mujeres de todo el mundo que, desafortunadamente, podían relacionarse con sus experiencias. ¿Es de extrañar, entonces, que a las mujeres les resulte difícil negociar su propia satisfacción sexual? La clínica e investigadora de la Universidad de Stanford, Leah Millheiser, ha hecho mucho para promover la salud sexual femenina, particularmente para las mujeres con cáncer. A lo largo de su carrera ha descrito una amplia gama de tratamientos disponibles para que las mujeres mejoren su funcionamiento sexual, tratamientos que van desde la terapia con medicamentos hasta la terapia sexual, y con una gran variedad entre los que se incluyen el uso de vibradores, lubricación vaginal, ejercicios del piso pélvico, etc. A pesar de utilizar el lenguaje médico, las mujeres tienen el poder de acceder fácilmente al conocimiento de que no están solas para experimentar dificultades sexuales y que hay tratamientos disponibles.

El futuro es mas brillante

Todavía es fácil obtener la impresión de la cultura popular de que las mujeres deben priorizar la satisfacción sexual de su pareja más allá de la suya. Espero sinceramente que esta generación de mujeres jóvenes sepa más sobre cómo funcionan sus cuerpos y estén dispuestas a priorizar su propio deseo de satisfacción sexual junto con los deseos de su pareja.


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