Libertad sexual

La etapa de soltería suele tener la ventaja de ofrecer un mayor tiempo libre y mayor libertad sexual que aquélla en la que estamos en pareja. Podemos utilizar este tiempo para experimentar sexualmente con diferentes parejas si así lo deseamos. El que carezcamos de una relación estable no impide que en cualquier momento podamos tener una relación sexual con alguna nueva persona o, quién sabe, conocido/a de siempre.

Puede que nuestro concepto de lo que buscamos sexualmente varíe mucho tras estas experiencias, lo que nos ayudará a definir uno de los rasgos que podemos considerar importantes de una futura y posible pareja. Muchas relaciones no funcionan bien porque la sexualidad no es satisfactoria e, incluso, se desconoce cuál podría serlo.

Por último, pero sobre todo imprescindible, es tener presente que nunca deben mantenerse relaciones sexuales con quien no nos apetece sólo por huir de la soledad y, sobre todo, que ha de tenerse especial cuidado con la pareja que elegimos utilizando siempre protección ante las enfermedades de transmisión sexual.

El sexo sin pareja estable

La masturbación

Es primordial para tener buenas relaciones sexuales el gustarse a uno mismo y conocer el propio cuerpo. El saber qué es lo que nos gusta y cómo queremos que nos lo hagan se consigue a base de práctica, que puede desarrollarse mediante la autoestimulación (estimularnos a nosotros mismos).

La masturbación es una práctica sexual que nos va ha hacer liberar endorfinas (nos ayuda a estar más animados) y que nos va a permitir aumentar nuestro bienestar con nosotros mismos, conocer nuestro físico y satisfacernos sexualmente cuando no tenemos una pareja al lado, (o teniéndola), y nos apetece hacerlo. No tiene ninguna contraindicación física a menos de que nuestro médico nos la desaconseje y sólo resulta un problema cuando se convierte en obsesión. Puede ser muy estimulante el introducir aparatos u objetos sexuales para aumentar nuestra excitación y conocer nuevas fuentes de placer erótico (lecturas y películas eróticas, vibradores, bolas chinas…).

No te olvides de tu sexualidad

La sexualidad es una práctica que no debe olvidarse dentro de nuestras costumbres, como tampoco debe olvidarse nunca la necesidad que tiene el humano de sentirse valorado, ser abrazado y mantener contacto emocional.

Desde que nacemos están presentes en nosotros y el no desarrollarlas implica que una parte de nosotros no está siendo satisfecha. Como todas las partes de las que nos componemos se influyen entre sí, el no satisfacer nuestra sexualidad nos suele llevar a un menor bienestar por el que nos podemos sentir frustrados, poco deseados o más tensos.

Si no pueden relacionarse directamente las relaciones sexuales accidentales con una emocionalidad profunda, sincera y en la que somos capaces de sentirnos queridos, sí pueden aportarnos una buena dosis de calor humano, aprendizaje, subir nuestra autoestima y hacernos disfrutar físicamente (a veces hasta psíquicamente).

Somos capaces de hacernos sentir mejor a través de dos vías esenciales: nosotros mismos y los otros.

En el primer caso, la simple higiene corporal (o de los medios que utilicemos) nos va a evitar posibles infecciones. En el segundo, es necesario utilizar siempre medios que eviten la transmisión de enfermedades sexuales. Nunca se debe olvidar que una pareja esporádica puede presentar algún problema de este tipo o, aún sin saberlo, puede estar desarrollándolo por contactos sexuales que ha mantenido anteriormente. Más inseguridad existe si los contactos que establecemos con diferentes parejas son frecuentes.


Comparte el amor

Deja una respuesta