En pleno siglo XXI, el uso de la tecnología en general se ha convertido en algo cotidiano. y en el terreno sexual, particularmente, cada vez es más común y aceptado el uso de aparatos, como el vibrador, para conocernos, autoestimularnos y autocomplacernos. Aprende como usarlo y disfruta de él sin complejos, sin duda se convertirá en un buen amigo…

Cómo usar el vibrador

Cada vibrador dispondrá de unas cualidades diferentes, algunos incluirán complementos y su uso variará ligeramente, consulte en el lugar donde lo adquirió o lea las indicaciones que aparezcan las instrucciones de uso del aparato.

Tenidas en cuenta estas diferencias, disponga el ambiente habitual que utiliza para su tiempo de masturbación, puede aplicarse aceite o lociones en el cuerpo, pero jamás use el vibrador en el agua ni con la piel mojada.

Comience a recorrerse el cuerpo con él, explorándose la cara, el cuero cabelludo, el cuello, los hombros, brazos y manos, los pechos y el resto del cuerpo. Después de un rato, cuando se sienta ya muy excitada, pruebe con los genitales.

Tal vez le sorprenda la intensidad de las vibraciones, especialmente en la proximidad del clítoris. Ensaye variando la presión, los movimientos y la ubicación del vibrador.

Tras este tiempo de prueba ya habrá descubierto las nuevas sensaciones que desata el vibrador, para algunas mujeres la estimulación directa de zonas tan sensibles como pechos y clítoris. Si es su caso, la próxima vez pruebe con toques muy leves, a penas un roce.

El amigo de la mujer: el uso del vibrador y succionadores

Si tiene los genitales especialmente sensibles, puede tratar de estimularse a un lado del clítoris o a través de una prenda interior. Poco a poco su cuerpo podrá tolerar una estimulación más directa.

Algunas veces puede ser cómodo suavizar la intensidad aplicando el vibrador sobre una toallita. En ese caso, fíjese que en que la toalla al vibrar no absorba la lubricación vaginal, porque eso podría causarle enrojecimiento, irritación y escozor genital.

Recuerde que el vibrador por si solo no le va a producir un placer inmediato, al igual que en la masturbación manual, utilice sus fantasías y relatos eróticos habituales. Deje que las caderas y todo el cuerpo se muevan con el mismo ritmo del estímulo, no contenga el aliento: respire profunda y sonoramente a medida que la tensión de su cuerpo va en aumento.

Un tiempo razonable de estimulación pueden ser quince minutos de estimulación las tres primeras veces; luego pruebe quince a treinta minutos. Luego llegue al tiempo que su cuerpo le pida.

Es natural que uno tenga ciertas reservas antes de intentar algo nuevo, sobre todo si estas novedades se implantan dentro del censurado placer sexual femenino. Sin embargo, cada día la mujer conquista nuevos territorios de los que legítimamente debiera ser participe, y el disfrutar de su sexualidad ha sido una de sus recientes victorias.

Con el tiempo, puede que llegue un día en el que el uso del vibrador, se contemple como algo tan natural, como el de otros artefactos eléctricos; como algo práctico que uno usa a veces para simplificar la vida y hacérsela más placentera e interesante.


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