La ostra y el pulpo

Ya que vamos a hablar de ostras, me resulta imposible no mencionar la fascinante escena (ojo, ¡1960!) entre Craso y Antonino del Spartacus de Stanley Kubrick:

¿Comes ostras? — Cuando las tengo, Amo.

¿Comes caracoles? — No, Amo.

¿Consideras moral comer ostras e inmoral comer caracoles? — No, Amo. Claro que no.

Cuestión de gustos, ¿no?— Sí, Amo.

Y el gusto no es lo mismo que el apetito, y por tanto no se trata de una cuestión de moralidad, ¿no es así?

Kamasutra Gay: Posturas marinas

Así que para contar la postura del Kamasutra Gay conocida como la ostra, que mejor que imaginar a estos dos mitos del celuloide (Curtis y Olivier) metidos en faena a la salida del baño, escena que desgraciadamente nos perdimos hasta en la versión sin censura.

La ostra

En esta posición digamos que Antonino (era el esclavo, así que le imaginaremos de pasivo) se acostaría sobre la espalda en un buen kline (o diván romano) y doblaría sus esbeltas piernas hacia el pecho. Craso se arrodillaría entonces entre sus muslos y sujetando ambas piernas procedería a penetrarle. Bien untados de grasa para gladiadores, por supuesto.

Las piernas de Antonino abrazan a Craso con lo que la estabilidad del movimiento de mete-saca, de adelante-atrás está garantizado, permitiendo además una penetración muy profunda. Muy propia de los deseos de un patricio como Craso, que si estima a su esclavo deberá tener cuidado pues éste le sentirá realmente dentro. El hecho de estar cara a cara permite tener una clara visión de la naturaleza del gesto de la pareja penetrada.

La ostra

Vista la ostra pasemos a la siguiente variante marina. Hay una especie de pulpo, el pulpo argonauta, que puede ser considerado por derecho propio como el inventor del dildo natural. Cuando le domina el impulso sexual se divide en dos organismos: por un lado cuerpo y tentáculos prosiguen su camino como si nada, por el otro su pene se desprende de él y sigue nadando de forma autónoma a la búsqueda de orificio en el que derramarse. Como lo oís. Así que ya sabéis como llamar a ese novio que mientras habla contigo, mantiene una erección en el pantalón que apunta desesperadamente al chulazo del fondo del bar. Efectivamente, es un perfecto pulpo argonauta. Los bares están llenos de esta especie.

El pulpo

Esta posición es bastante parecida a la anterior de la ostra, con la diferencia de que en el caso del pulpo el activo coloca sus rodillas debajo del pasivo, que descansa sus glúteos sobre él. Así el ángulo de penetración varía, el activo puede sujetar el torso de su pareja y tener más posibilidades de manejo del cuerpo que penetra, sujetándole para una penetración aún más profunda. Además al incorporarse o agacharse podrá hacer un cierto efecto palanca con su pene y estimular más fácilmente zonas sensibles como la próstata del penetrado.

El pulpo


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