Alguien dijo una vez: cuando de verdad satisface, el sexo es como una buena comida.
Requiere refinamiento para presentarlo atractivo; variedad para potenciar el apetito y evitar el aburrimiento; tranquilidad, alegría y tiempo para pasarlo bien… y si es en buena compañía pues mucho mejor. Pues bien, en todo ello es donde repercuten las fantasías sexuales.
Refinamiento
La aceptación y el disfrute de las propias fantasías otorga riqueza a la particular manera de vivir el sexo. Pequeños detalles, caricias y juegos toman vital relevancia, puliendo la sexualidad hasta volverse experto en la materia.
Variedad
Con las fantasías se abre un nuevo universo de posibilidades de disfrute y satisfacción. Nuevas formas de hacer, sentir y fantasear son los mejores aliados de cara a la satisfacción sexual.
Tranquilidad, alegría y tiempo
Disfrutar de las propias fantasías sexuales es aceptar el propio yo en toda su globalidad y riqueza, evitar innecesarios sentimientos de inseguridad y culpa y considerar a la sexualidad como lo que es: una maravillosa forma de disfrute, intimidad y satisfacción en todos los sentidos.
Y en buena compañía, mejor
Conocer las fantasías que se tienen es conocer qué es lo que gusta realmente. Por ello, las fantasías cumplen una importante función de cara a la selección de una pareja con quien ser feliz y pasarlo bien.