La pasión es el motor de la vida, de las emociones y, sobre todo, del amor. Cuidar esa llama, mimarla, protegerla y convertirla en una hoguera es la fórmula infalible para que una relación no conozca la rutina. Todos los trucos son pocos para alcanzar tan preciado fin. He aquí unos cuantos para ir calentando motores.
Cambiar de lugar.
La cama, sin lugar a dudas, es el lugar más cómodo. El coche, en la mayoría de ocasiones, es el más socorrido. Pero no es positivo que la pareja quede encerrada siempre en las mismas paredes. Otras opciones: arrumacos a la luz de las estrellas, besos en el campo y quizás algo más con la playa como testigo mudo.
Buscar nombres en clave
La complicidad es uno de los aliados más fieles de la pasión. Por eso, hay que inventar un lenguaje nuevo que sólo entiendan los dos miembros de la pareja.
Por ejemplo: ”te deseo” o “me gustaría hacer el amor contigo”, puede ser otra palabra o incluso un gesto que ambos puedan pronunciar o hacer delante de otros y que sólo los dos entiendan.
Original caricia
Todas las partes del cuerpo pueden servir para acariciar. Hasta las pestañas pueden disparar la pasión si se abren y cierran los ojos sobre ciertas partes de la anatomía. Se puede empezar haciéndolo en la cara, el cuello y luego… el único límite será la imaginación.
Sólo para sus ojos
A todos los chicos les encanta sentirse especiales, pensar que su pareja ha hecho algo exclusivamente para ellos. Un tatuaje de quita y pon en el trasero, o no llevar ropa interior una noche pueden ser auténticas bombas de relojería.
