Probando nuevas experiencias
La verdad es que nadie hubiera imaginado que a ese niño de rostro angelical le iría ese rollo.
Apenas le había dado un cachete involuntario, fruto de la excitación del momento. Y con su suave voz de acento rumano y una mirada traviesa me dijo: quiero más… y ahí lo tenía, tendido de costado, al borde de la cama, yo de pié agarrándole la cabeza por los pelos con una mano mientras le follaba su linda boquita al tiempo que con la otra le azotaba con ganas ese trasero, redondito, casi infantil, que de blanco níveo iba a pasando a rojo incandescente de igual forma que iba creciendo mi excitación y mi polla se situaba en punto de no retorno, a punto de explotar… cosa que ocurrió con una de las corridas más bestiales e impresionantes que he tenido en mi vida.
Fue mi primer contacto con el mundo de la dominación. Y debo de reconocer que me gustó. Mucho. Luego fui avanzando en la experiencia, siempre dentro del ámbito de lo que llaman “dominación light”, es decir, sin pasarse. Todavía guardo en mi retina la imagen de mi amigo casado, desnudo, maniatado, con los ojos vendados, tendido sobre mi cama, recibiendo mis bofetadas mientras yo me ensartaba con su pollón gordo como una maza, cabalgándole y azotándole a un tiempo como a un caballo percherón, hasta notar cómo su herramienta descargaba salvajemente dentro de mi entre sus berridos de placer….
La verdad es que la sensación de tener a alguien desnudo, con una correa al cuello como si fuera un perro, de rodillas, con las manos atadas a la espalda y los ojos tapados, sin saber si va a recibir un beso, una bofetada o un pollazo es algo indescriptible y altamente aconsejable. Por supuesto es algo que debe ser consensuado, que el “dominado” confíe en el dominante y sepa que la motosierra no es una de las variables posibles cuando se halle cegado e inmovilizado. Y por supuesto que guste a los dos (o los tres o los cuatro, ….). Por lo demás, como dice la canción de Queen, pain is so closed to pleasure…
Anónimo
